El domingo teníamos pensada una excursión a Cidade Velha. Fue la primera capital de Cabo Verde y la primera ciudad creada por los portugueses. Además en este enclave se hacían muchos negocios con esclavos y era punto de escala de conexión entre Brasil y África. Teníamos muchas ganas de ir, así que tras desayunar cogimos un taxi camino de Sucupira, la zona de la ciudad donde salen los Aluguer rumbo a nuestro destino.
En Aluguer hasta Cidade Velha
Los aluguer con furgonetas que hacen rutas entre los pueblos. No es un servicio regular ni con un horario cerrado, ellos salen cuando están llenos por lo que puede ser o muy rápido, o muy muy lento.
En nuestra primera experiencia con este transporte fue bastante bien. Al llegar nos dijeron que saldría en un rato. Nos dio tiempo a ir a por agua (totalmente imprescindible en este país aunque el recorrido sea corto).
El aluguer arrancó y ya éramos unos cuantos dentro, pero durante el trayecto fue parando y subió más y más gente. Total, que terminamos como sardinas en lata. Nosotros flipados y pasándolo pipa, Éric alucinando y los lugareños con cara de «es lo que hay».
Cidade Velha está solo a 12km de Praia, así que no tardamos demasiado en llegar. Primer golpe de suerte, resultó que era la fiesta del Pescador y en el pueblo había una movida increíble. Ya nada más llegar nos gustó lo que vimos, mucho más agradable que Praia, más pequeño. Fuimos recorriendo la zona, con el suelo adoquinado y casitas bajas.
Entramos en un edificio donde los artesanos venden sus productos. Como descubrimos el resto del viaje, no eran en realidad cosas hechas por ellos ya que lo venden por todas partes. El caso es que compramos alguna cosilla con un vendedor demasiado persuasivo que no hacía más que regalarnos cosas sabiendo que de ese modo es difícil que nos vayamos sin adquirir nada.
Subiendo a la iglesia oímos música y al volvernos resultó ser un cortejo que había sacado al Cristo de la iglesia e iban acompañándolo con música. Nos metimos entre la gente y les seguimos hasta la iglesia, donde al rato empezó una misa.
Fiesta en la playa
Desde allí oíamos mucho jaleo en la zona de la playa de Cidade Velha y decidimos descubrir de qué se trataba. Unos cuantos barcos pesqueros hacían maniobras rápidas en una especie de recorrido, mientras les vitoreaban desde la orilla con globos, puestos de comida ¡¡una fiesta con todas las de la ley!!
Nos dejamos envolver del ambiente y la verdad es que lo pasamos pipa. Allí coincidimos con una familia de españoles que iban con una peque y terminamos comiendo en el mismo sitio. Un restaurante a pie de playa regentado por un Canario muy cachondo. Cuando vio un barco de la armada española a lo lejos, sacó la bandera porque según él estaban esperando su saludo.
Cuando ya nos dimos por contentos en el pueblo, fuimos a la calle principal donde otro aluguer daba vueltas intentando llenar el vehículo para ir a Praia. Subimos y al rato los pasajeros hartos de esperar le dijeron que saliera de una vez y ¡menos mal! porque por el camino se llenó bastante.
Cidade Velha merece la pena, es muy tranquila, bonita y ¡te deja un buen sabor de boca! Poco a poco este país nos iba conquistando. Pronto íbamos a visitar Mindelo en la Isla de Sao Vicente.
Tenemos una entrada en la que recopilamos algunos consejos para visitar el país, además de la pagina de Turismo de Cabo Verde.