Nos íbamos a ir a Mindelo que está en la isla Sao Vicente. Antes de ir a Cabo Verde adquirimos los billetes para hacer los desplazamientos internos. Menos mal porque los compramos tarde y quedaban pocas opciones de horarios. La principal compañía que cubre la conexión entre islas es Binter Canarias. Si tienes intención de volar entre las islas, es mejor que compres los billetes con antelación. Además son aviones pequeños por lo que la oferta disminuye.
Praia, Isla de Santiago
Habíamos quedado con el taxista que nos trajo el primer día del aeropuerto para que nos recogiese a las 9h. En seguida comprobamos que seriedad poca. Así que a las 9:10 Elena se acercó a la calle principal que había junto a nuestro alojamiento. En seguida apareció con uno que en breve nos dejó en el aeródromo, está muy cerca a unos 15 minutos de Praia.
Sin ningún tipo de problema facturamos y durante la espera para embarcar hubo alguna disputa por la maleta de Eric. Varios niños querían jugar con ella y hubo algún lloro. La tuvimos que esconder para evitar más rabietas.
Mindelo, Sao Vicente
El vuelo hasta Sao Vicente fue muy tranquilo, en el aeropuerto nos esperaba un taxista que envió nuestro hotel B&B Moreno’s, fue una sorpresa porque no lo sabíamos y nos gustó mucho el detalle. El alojamiento está en una zona tranquila, pero debíamos coger un taxi para desplazarnos por la noche aconsejados por ellos.
Actualización Julio 2021 sobre el alojamiento de Mindelo
No podemos poner el enlace del alojamiento en el que estuvimos en Mindelo debido a que ya no lo vemos en Booking, podría ser que hayan cesado la actividad, una lástima porque estuvimos muy bien aquí.
Como nos iba a ir ocurriendo a lo largo de todo el viaje, estábamos prácticamente solos en el edificio, no hay mucho turismo. Nos acercamos a playa Laginha y nuestra cara cambió radicalmente. La arena blanca bañada por aguas de color turquesa invitaba automáticamente al baño. Resistimos la tentación, tocaba comer. Recomendados por el Moreno’s nos acercamos al restaurante Carabela donde podríamos reponer fuerzas y después disfrutar de la magnífica playa.
Compramos billetes para ir a Santo Antao
Con el estómago lleno nos acercamos al puerto para comprar los billetes para ir a Santo Antao dentro de unos días. Nos costó un poco aclararnos con la chica que los vendía, pero al final conseguimos comprarlos, unos 8€ el trayecto por persona, Éric no pagaba.
Con los deberes hechos, ya podíamos disfrutar de la playa. Tranquilamente volvimos al alojamiento para coger los trastos, ponernos los bañadores y así por fin disfrutar de la magnifica playa. Como ya nos pasó en la isla de Santiago, la gente suele ir más por la tarde noche para disfrutar del agua y no tostarse al sol, así que estaba bastante concurrida. Disfrutamos mucho sobre todo Éric, teníamos que ir con cuidado ya que en la arena había cristales, tuvimos que coger más de uno.
Cuando anochecía recogimos y de camino al restaurante Carabela vimos a unos hombres jugar una especie de partido de fútbol con peonzas y una pelota, incluso tenían unas mini porterías, era muy curioso y divertido. Estuvimos un rato viendo como jugaban para más tarde ir a cenar y de ahí al sobre que estábamos cansados.
El día siguiente no amaneció con muchas ganas de dejarnos disfrutar de la estupenda playa que tenemos a 10 minutos. Decidimos visitar la ciudad. Andando nos aproximamos al centro y cuando vimos el mercado municipal nos metimos de cabeza y como locos empezamos a hacer fotos. La gente era muy amable y simpática, incluso después de hablar con unos trabajadores de una de las paradas que desgranaban unas vainas, nos dieron su dirección para que les enviásemos algunas fotos que les habíamos hecho, encantados lo haremos.
Lluvia en Mindelo
La lluvia empezaba a apretar, por lo que estuvimos un buen rato hasta que bajó un poco la intensidad y decidimos acercarnos al Café Mindelo que estaba muy cerca. Decidimos comer y nos volvimos a encontrar con unos vascos que fuimos viendo continuamente desde que salimos de Praia muy majos.
Como estábamos en la parte baja de Mindelo nos encontramos hasta los topes de agua. Parecía que tendríamos que cruzar nadando la calle en lugar de a pie. Después de abandonar el restaurante dimos algunas vueltas
para conseguirlo, nuestro objetivo era una oficina de turismo que hay junto al mar. La persona que estaba no era muy habladora, teníamos que sacarle las palabras y parecía que era su primer día a parte de hablar muy bajo y solo portugués, la conclusión fue que habíamos perdido el tiempo.
Hicimos una parada técnica en la Pastelería Morabeza muy cerca del Palacio del Pueblo, pero ante el tiempo tan desagradable que teníamos volvimos al Moreno’s para hacer tiempo hasta la hora de la cena.
Música en directo en Mindelo
Para volver al centro nos subimos a un taxi al que le extrañó que le dijésemos que nos llevase hasta el mercado, porque estaba cerrado, pero al no conocer la ciudad era nuestro punto de referencia. Al final nos decidimos por el Café Royal, ya que la música en directo nos invitó a entrar.
Es un local que seguro vivió tiempos mejores, pedimos unas pizzas y para picar nos pusieron un pincho de ¡tortilla de patatas!. A Éric se le abrieron los ojos como platos, así que se la dejamos toda para él, el servicio no es muy rápido y tardaron una hora en traernos la comida. Los músicos eran buenos y amenizaron la espera y tocaron alguna canción de Cesaria Evora,
¿que más se puede pedir?.
Mercado de pescado de Mindelo
El día siguiente amaneció con mejor cara. Nos acercamos al mercado del pescado que está en el centro de Mindelo, justo al lado de una replica de la torre de Belem de Lisboa. Nos encantan los mercados. En seguida nos pusimos a la tarea, descubrimos peces que no habíamos visto nunca en las pescaderías de nuestro país y charlamos con algunas vendedoras. Hay bastante actividad y una zona en la que unos operarios se dedican a limpiar el pescado. Después nos acercamos a la Plaza Estrela, donde hay un mercado en el se pueden comprar souvenirs y aprovechamos la ocasión.
Nos acercamos a la casa de Cesaria Evora
Queríamos ver unas pinturas en unas paredes próximas con la historia de la ciudad. Una nube puñetera nos jorobó a todos durante un rato soltando su cargamento sobre nuestros cuerpos acalorados, tampoco iba tan mal, pero impidió seguir buscando los murales. Cuando amainó un poco nos acercamos al Restaurante Algarbe en frente del mercado. Es bastante económico donde probamos la cachupa un plato tradicional de legumbres con huevo, chorizo y pescado, Elena pensando que pedía un plato exótico le trajeron uno de huevos con patatas, un gran acierto :D.
Después de comer nos planteamos ir a Calhau, pero consideramos que era un poco tarde para coger un aluguer hasta allí, a Elena no le hizo mucha gracia. Aprovechamos que estábamos cerca y fuimos hasta la casa donde había vivido la reina de los pies descalzos, Cesaria Evora.
Volvimos más tarde a la playa, pero el tiempo no nos quería dejar disfrutar de las aguas de esta isla, así que tuvimos que recoger como pudimos y volver empapados a nuestra habitación, ¡menuda lata!.
Comer en Mindelo
Como no teníamos muchas ganas de buscar un sitio para comer nos decantamos por lo bueno conocido y volvimos al Café Mindelo. Lo malo es que los ventiladores solo acarician el aire pero no lo empujan hacia abajo porque pasamos un calor impresionante, había música en directo. Cuando pedimos la cuenta además nos acercaron una mini guitarra para dejar la voluntad a los músicos. La huella que dejó Cesaria Evora se respira por Mindelo.
Cansados tocaba retirada y como si fuese el juego de la oca, tocaba cambiar de isla al día siguiente, así que de isla a isla y tiro por que me toca.
Si quieres viajar a Cabo Verde tenemos un enlace con algunos consejos sobre el páis.