Nuestro objetivo del día era visitar Olympos. Tras dormir la primera noche en la Ecogranja de Geyikbayiri ya sin Elena, continuamos con nuestro viaje. Después del megadesayuno vino a recogernos Roger con el coche de alquiler y nos pusimos en marcha.
Por el camino de bajada subió una chica que hacía autostop y como no hablaba inglés Roger le explicó como pudo que cuando quisiera bajar le tenía que dar una colleja a Jaume, eso lo entendió perfectamente y ahí ya empezamos las risas. Al poco se bajó y nosotros seguimos nuestro camino sorteando turcos que conducían como locos, más bien evitando que nos llevaran por delante.
Una vez en nuestro destino hicimos un té en la terraza de un bar a la orilla del mar para después darnos un bañito. Descubrimos que era el peor sitio, la entrada a las ruinas estaba cerca y todo el mundo pasaba por ahí. Los barcos que venían de Antalya también descargaban el pasaje en la playa.
Las ruinas de Olympos
Después de refrescarnos nos adentramos en las ruinas de Olympos las cuales la manoly planet las califica de fascinantes. Nos pareció que eran muy generosos. El sitio estaba muy bien, pero como las tumbas las habían saqueado hacía años, estaban muchas de ellas rotas y otros emplazamientos te los tenías que imaginar ya que no quedaba mucho de ellos.
Después de la visita cultural Jaume y Roger se fueron a explorar una zona de escalada. Nuri y yo fuimos a darnos otro baño, hasta que volvieron y nos fuimos a comer. Había un pueblo pequeño para turistas y nos quedamos en un restaurante en el que comimos muy bien y económico, hasta nos echamos una siesta en el mismo restaurante, la dueña alucinaba con nosotros.
Enseñando Antalya a nuestros amigos
Con las pilas cargadas pusimos rumbo a Antalya para que lo conociesen Jaume y Roger. Hicimos una visita a Oli, nuestro bar favorito de Antalya. Descubrimos un bar con música en vivo, se nos hizo tarde y no pudimos cenar donde queríamos.
Paramos en un restaurante que parecía cutre y no ponía los precios en la entrada. La sorpresa la guardaban cuando abrimos la carta, los precios eran una sobrada y como ya no teníamos ganas de tonterías nos levantamos y fuimos desfilando por delante de los camareros que nos miraban sin entender nada, hasta que les dijimos que eran muy caros y siguieron con la cara de no entender nada.
No era nuestra noche, nos metimos en otro que hacían döner, también se sobraron. Cuando trajeron la cuenta nos clavaron 62YTL por 6 döner y 4 cervezas. Cómo no estábamos de acuerdo estuvimos discutiendo con el camarero, ya que ese precio es abusivo para lo que cenamos, pero como somos güiris pues a saco. Al final no conseguimos que bajase del burro y nos fuimos cabreados.
Intentando volver a Geyikbayiri
Lo peor estaba por llegar, salir de Antalya no era lo peor, si no encontrar la carretera que subía a la zona donde dormíamos. De noche se ve todo diferente, preguntamos a todo el mundo en las gasolineras, hasta vimos acabar el partido del Barça – Valencia en una pantalla de 14″ en una gasolinera. Nuri iba un poco perjudicada por las cervezas y con la situación se iba partiendo la caja, después de una hora de dar vueltas conseguimos llegar a nuestro alojamiento.
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