Ruinas de Hasankeyf

Despertamos en el Monte Nemrut. Después de ver el amanecer desde este increíble lugar íbamos a volver a Malatya para seguir nuestro viaje. Nuestra próxima parada iba a ser un pueblo cerca de la frontera con Siria. Queríamos conocer las ruinas de Hasankeyf y teníamos un largo trecho hasta allí.

Acceso al Monte Nemrut
Acceso al Monte Nemrut

Amanecer en el Monte Nemrut

Madrugón, madrugón, como ya nos dijeron a las 5:30 ya estábamos en pie. Subimos a la cima de la montaña para ver el amanecer y como no, empezó a aparecer la multitud del día anterior. Para hacer una foto de las estatuas sin que saliera nadie había que jugar con los ángulos, se habían traído hasta vino para brindar, menuda gente.

Amaneciendo en el Monte Nemrut
Amaneciendo en el Monte Nemrut

Después del espectáculo solar y de los turistas, bajamos al hotel para desayunar, teníamos que volver a Malatya, tramite que transcurrió sin ningún sobresalto atravesando los valles y montañas del día anterior. Una vez en la ciudad nos encontramos otra vez con Kemal con el que nos tomamos un té, para luego ir en busca de los billetes hacia Diyarbakir junto con nuestro amigo japonés con el que habíamos vuelto del Monte Nemrut.

En ruta a las Ruinas de Hasankeyf

En la Otogar nos subimos en el bus de las 12h, el cual tardó unas desesperantes 4 horas y media en recorrer 260 kms y sólo paró 20 minutos para comer. Una vez llegados a Diyarbakir nos separamos de la compañía japonesa. Esta ciudad no nos atraía nada, así que nos quedamos en la Otogar esperando otro bus que nos tenía que dirigir hacia Batman, no es una broma se llama así el pueblo.

Mezkita Yeni de malatya
Mezkita Yeni de malatya

Mientras esperábamos, Nuri se dio cuenta que se había dejado el libro que estaba leyendo en el anterior autocar. El problema es que se había ido. Curiosamente cuándo estábamos a punto de subir al siguiente transporte apareció el anterior y consiguió recuperar el libro, menuda suerte.

Cargando el minibus
Cargando el minibus

A medida que nos íbamos acercando a Batman anochecía, veíamos los campos de cultivo arder con quemas controladas por los agricultores, parecía que estábamos en medio de un incendio. Atravesamos muchos campos en los que se repetía la misma situación, se había puesto de acuerdo.

Parada forzosa en Batman, a la búsqueda de hotel

En la Otogar de Batman nos dijeron que ya no había ningún transporte que nos pudiese llevar ese día a Hasankeyf. Tuvimos que improvisar para dormir en este pueblo, el cual nuestra guía, la señora lolita planet no lo ponía nada fácil, ya que todo lo que tenía que decir sobre este lugar es nada. Subimos a un dolmus, autobús urbano. Preguntamos si llegaba al centrum y nos dijo que sí.

Cruzamos toda la ciudad hasta el final de la línea, como no nos avisó ni vimos claros indicios de cual era el centro no vimos donde bajar. El conductor y nosotros nos cruzamos miradas de desconcierto. Nadie hablaba inglés, intentamos hacerle entender que queríamos un hotel, albergue, cualquier choza donde poder dormir. El pobre conductor se estaba estresando, no parecía entendernos y empezaba a sudar, Nuri y yo nos mirábamos pensando que acabaríamos durmiendo en la estación de buses.

Un Dolmus en Batman, camino a las ruinas de Hasankeyf
Un Dolmus en Batman

Nuestro agobiado conductor se paraba a preguntar no sé que cada dos por tres a otros conductores de Dolmus y así volvimos de nuevo a la estación de autobuses. Otro hombre pareció entender nuestra necesidad y nuestro amable conductor nos dejó en una estación de taksis y allí un chico joven que hablaba inglés nos condujo a través de las calles hasta un hotel. Tampoco era tan difícil de la ciudad.

Cómo no teníamos donde elegir, nos clavaron, puede que se aprovechasen porque éramos guiris. Por 70 liras turcas nos aceptaron en ese hotel venido a menos, ya que parecía que había vivida épocas mejores. La habitación olía a rancio de una manera desmesurada, incluso acepté que Nuri fumase para anular ese olor. De la moqueta parecía que en cualquier momento iba a aparecer algún ser de otro mundo. Cenamos en un restaurante que había al lado copiosamente por 10€ los 2, eso si aquí todo el mundo se te queda mirando como si fueses un bicho raro.

El Hotel de Batman daba para mucho…

Por la mañana bajamos a desayunar al denominado big breakfast. Si la habitación era una mierda, el comedor no se podía quedar atrás. En lo de grande era por cantidad, no por variedad. Sólo había tomate, pepino, queso, mantequilla, miel y olivas, el pan te lo traía el camarero en la mano. Lo del agua era otra historia, había una garrafa como en las oficinas con un solo vaso que compartías con el resto de huéspedes, sin limpiar previamente.

El fabuloso hotel de Batman
El fabuloso hotel de Batman

Cuando ya estábamos acabando el camarero aparece con huevos duros y sandía, de lo primero sospechamos, de la sandía como la cultivan ahí si que la probamos. Después del suculento desayuno nos pusimos en marcha. Nos habían dicho que en una parada cercana pasaba un bus hacia Hasankeyf. Pasado un buen rato preguntamos y nos dijeron que la parada de buses estaba cerca y ahí nos dirigimos. Cuándo llegamos, cómo es costumbre nos asaltaron preguntando por nuestro destino y en seguida nos llevaron hasta la compañía adecuada, salía a las 9h y nos costó 34YTL por persona.

Llegamos a las ruinas de Hasankeyf

Después de dar unas cuantas vueltas por Batman salimos hacia nuestro destino y en media hora nos plantamos allí. Fuimos al único motel del pueblo y estaba cerrado. Preguntamos en la tetería que había en frente y nos dijeron que si que estaba operativo, por lo que intuimos que ya aparecería el dueño. No tenía muy buena pinta pero era el único sitio donde se podía dormir.

El lamentable Motel de Hasankeyf
El lamentable Motel de Hasankeyf

Después del té nos volvimos a acercar y tuvimos más suerte o no. EL hombre que lo regentaba nos enseñó el antro. Hemos dormido en sitios sucios, hemos hecho vivac en muchos sitios, pero este se lleva el premio a la guarrería y encima tiene el mismo precio que el de Estambul, menudo caradura. Lo de Batman fue un anticipo.

Trabajando en el telar
Trabajando en el telar

Tampoco le importaba mucho la imagen que transmitía el lugar. No había puesto sábanas a los colchones y se veían ronchas cómo si fuese un mapa. Las paredes estaban agrietadas, de hecho había una enorme que cabía la mano, puede que esa noche acabásemos en el Tigris. Cada vez que pasaba un camión por el puente que había junto al antro motel temblaba todo.

Entrando en las ruinas de Hasankeyf
Entrando en las ruinas de Hasankeyf

Empezamos a visitar el pueblo. La gente era majísima, todo el mundo nos saludaba, se notaba que no recibían muchas visitas de extranjeros. No había problema para hacer fotos. A medida que íbamos avanzando nos acercábamos a las ruinas de Hasankeyf que era el motivo de nuestra visita y alucinamos.

Tumbas en las ruinas de Hasankeyf
Tumbas en las ruinas de Hasankeyf

Era espectacular había casas por todas partes excavadas en las paredes y había unos arqueólogos que estaban haciendo excavaciones y restaurando la antigua ciudad. Pudimos ver algunas casas reconstruidas, pero había tantas que aún tenían mucho trabajo. Después de varias horas, fuimos a comer a unos chiringuitos que había en la orilla del río Tigris, las terrazas estaban en el agua.

Interior de una casa en Hasankeyf
Interior de una casa

Comimos pescado a la brasa, con bebidas incluidas 25YTL, el sitio era increíble y muy tranquilo. Para bajar la comida dimos una vuelta por el pueblo, los niños nos saludan y los mayores nos daban la bienvenida. Iba pasando el tiempo mientras visitábamos otras ruinas de Hasankeyf. Para hacer tiempo hasta la hora de la cena fuimos al motelucho a jugar al UNO y cuando salimos a las 20h comprobamos que estaba todo cerrado.

Casi nos quedamos sin cena

Nos encontramos un italiano que vivía en Barcelona. Nos dijo que se había peleado con el dueño del motel por el precio y la mierda de habitación y nos dijo que iba a dormir en alguna de las terrazas de la orilla del río. Cuándo llegamos a los restaurantes del mediodía habían cerrado todos, por lo que no podemos cenar ahí tampoco. Dejamos a nuestro nuevo amigo y volvimos al pueblo desesperados por cenar, encontramos un restaurante vacío en el que nos aceptaron, menudo alivio.

Nuri haciendo fotos
Nuri haciendo fotos

Pedimos sopa y como en turco no conseguíamos hacerle entender al camarero que queríamos pollo, Nuri se levantó, plegó los brazos bajo las axilas y se puso a cacarear. El camarero se nos quedó mirando perplejo y empezó a partirse de risa junto con nosotros, mientras iba diciendo chicken, ¡la leche!, esa si la sabía.

Niñas volviendo del colegio en Hasankeyf
Niñas volviendo del colegio en Hasankeyf

Cenamos muy bien y hasta vino el camarero para despedirse mientras seguía repitiendo chicken y se alejaba riéndose, que majo. Ahora en Hasankeyf nos debían de conocer seguro. De aquí al motelucho y a rezar que el edificio resistiese una noche más las vibraciones de la carretera y que la mierda no nos comiese. Al día siguiente debíamos volver desde Hasankeyf hasta Estambul.

Salvar Hasankeyf

Actualización 26/04/2020

Las ruinas de Hasankeyf corren peligro. El gobierno turco lleva años construyendo la gran presa de Ilisu y ya comenzó a llenarla. Por desgracia cuándo se llene inundará este pueblo y sus históricas ruinas. Diferentes asociaciones han intentado parar esta locura sin éxito. Si quieres saber más sobre esto te dejamos un post que hicimos sobre salvar Hasankeyf.

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