Queríamos visitar Dunvegan Castle y la destilería Talisker. Era nuestro segundo día en la isla de Skye. Estuvo toda la noche lloviendo y parecía que no iba a parar. Menos mal que el día anterior hicimos exteriores. Con la pinta que tenía el día, lo mejor era ir en barca. Después de prepararnos iniciamos el día bajo la lluvia. Volvimos a coger la misma carretera que iba dirección Portree.
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La cascada del día anterior
Cómo había llovido tanto la catarata del día anterior bajaba con un caudal increíble. Elena no pudo aguantar y quería salir para hacer fotos. El resto de manera solidaria nos quedamos dentro del coche observando como se preparaba y se alejaba bajo la lluvia para inmortalizar el momento. Se cruzó con otro turista menos preparado que iba empapado hasta las trancas, si algo quieres tienes que pagar un precio. Elena consiguió volver bastante seca y contenta por haber conseguido su objetivo, así que retomamos el camino.
Destilería Talisker
En la destilería Talisker hay un aparcamiento no muy grande para dejar el coche. Estaba bastante lleno y encontramos sitio de milagro. Éric estrenó sus botas de agua y comprobó que tenía barra libre para pisar todos los charcos que se encontraba a su paso. La malta ya se apreciaba en el ambiente. Nos dirigimos a la recepción y descubrimos que las visitas guiadas ya estaban bastante llenas y cogimos hora para las 15h.
Lo malo es que no dejaban entrar niños menores de 8 años por el tema de los vapores. A partir de esa edad puedes chupar hasta las barricas. Elena dijo que no le apasionaba mucho el tema whisky y decidió quedarse fuera con Éric. La entrada a la destilería nos costó 8 libras, de las cuales 5 son un descuento si compras una botella de mas de 70cc.
Dunvegan Castle
Como aún faltaba bastante para las 15h decidimos acercarnos a Dunvegan Castle. Estaba a unos 40 minutos desde la destilería. Parecía que el tiempo se iba calmando a medida que nos acercábamos al castillo. Al lado de la entrada había un aparcamiento bastante grande y un restaurante.
La entrada a Dunvegan Castle nos costó 9 libras si solo visitas los jardines y 11 con el interior del castillo incluido. Por desgracia no teníamos tiempo para todo y como el día había abierto solo cogimos para ver los jardines. Previamente Éric se había colado a través de la puerta con Ana persiguiéndolo y justo detrás había salido el hombre de la taquilla para decirnos que hay que pagar antes, no se le escapa una al hombre.
El castillo Dunvegan está en una ubicación muy bonita y los jardines son bastante grandes y llenos de flores por todas partes. Éric no paraba de correr y se dio un tortazo que le hizo una pequeña rascada en la frente. Al poco ya estaba corriendo de nuevo. Gracias al sol pudimos hacer fotos muy bonitas de las flores, lo cual agradecimos y pudimos disfrutar mucho mejor de este sitio tan precioso.
De vuelta a la destilería Talisker
Como el tiempo se nos echaba encima regresamos al coche. Compramos en el restaurante del aparcamiento de Dunvegan Castle un pack por 5 libras con un sandwich, agua, bolsa de patatas y una manzana y volvimos a la destilería Talisker. El GPS nos hizo una jugada y no avisó en el cruce por el que debíamos girar. Pero sí nos dijo que debíamos dar la vuelta.
Casi nos la damos…
A mi se me fue la olla, tantos años conduciendo por la derecha dejan huella y circulé unos metros en sentido contrario. Una combinación de los gritos de Ana y Elena y las ráfagas de luces del vehículo que sí circulaba por su carril me convencieron que debía cambiar de carril, un sustillo. No bajéis la guardia.
Destilería Talisker
Una vez en la destilería Talisker nos separamos Ana y yo. Fuimos a la visita guiada y Elena se queda con Éric. Para variar no dejaban hacer fotos en el interior, yo como soy muy cabezón me quedé en la retaguardia y de vez en cuando hacía alguna a escondidas, encima que les hacemos publicidad…
La explicación fue en inglés. Hay carteles por toda la destilería en varios idiomas incluido el español. Algunas cosas que se me escapaban, que eran bastantes las pude leer. La destilería es impresionante y al final de la visita te enseñan unos barriles que contienen whisky almacenado en 1979, pero este no nos lo dejaron probar. Al final hicimos una cata que mezclado con el aroma a malta que nos acompañaba la sensación fue más intensa.
Visitando algún Pub
Con este buen sabor de boca volvimos al coche para ir a tomar todos juntos algo en un pub que hay al lado de la destileria. Se llamaba The Old Inn era bastante acogedor. Nos queríamos acercar a Portree antes de que cerraran las tiendas, que lo hacían muy pronto y compramos algunas cosillas. Hay alguna tienda con souvenirs bastante originales huyendo un poco de lo típico.
Como teníamos ganas de tomar algo en el pub donde nos ayudaron el primer día y que tenía muy buena pinta, fuimos para allá. El lugar en el que está ubicado se llama Isleornsay, el pub es el Am Proban justo al lado de un pequeño puerto. Disfrutamos de unas pintas, para ser un lugar tan pequeño el pub está abarrotado y había muy buen ambiente. Con esta agradable visita nos despedimos de esta isla que nos había dejado un buen sabor de boca y que nos había gustado tanto.
Si quieres ver toda la ruta por Escocia con niños en coche que hicimos, te dejamos el enlace.