Seguíamos con nuestra ruta por Escocia. Como cada vez que tocaba trasladarnos había que recoger todos los trastos. Antes de viajar a Escocia la mochila iba más o menos ordenada. Pero después de unos cuantos días de viaje por lo menos en nuestro caso la llenamos a cascoporro. Lo único que nos importaba era que estuviese llena cuanto más mejor y que entrase en el coche. Al no tener que cargarla a cuestas durante horas a la espalda nos daba igual como quedase, no somos muy ordenados.
Después de tenerlo todo más o menos recogido, cruzamos el jardín y nos acercamos a la casa de nuestra anfitriona Mónica que ya nos tenía preparado el almuerzo. La experiencia del día anterior hizo que a parte de los cacharros para que jugase Éric, se había guardado un As en la manga. Así que cuando The Little Hurricane acabó de almorzar y empezó a liarla, ella le tendió la mano para que la acompañase.
Él ante esta propuesta tan suculenta de ir a investigar no lo dudó ni un segundo y se fue con ella a dar una vuelta por la casa. A partir de ese momento pudimos disfrutar de nuestro almuerzo típico escocés y ver como llevaba al peque por el jardín de la casa. Una vez finalizada la carga de energía, Mónica y su marido nos recomendaron una ruta hacia Inverness para visitar algunos pueblos. Más tarde nos daríamos cuenta que no tendríamos tiempo de verlos todos con tranquilidad, sobre todo porque debíamos estar en Inverness para recoger a nuestra amiga Ana en la estación.
Viajar por Escocia por paisajes increíbles
Después de despedirnos de esta maravillosa pareja emprendimos la marcha desde Carnoustie. La primera parada la hicimos al poco de empezar en el pueblo de Arbroath. El tiempo nos acompañaba y nos dimos una vuelta por el pueblo que es muy bonito. Éric estaba encantado de salir tan pronto del coche. Desde aquí continuamos y atravesamos bosques frondosos que ya cruzamos cuando subimos a Stonehaven. Llegamos hasta Brechin donde hay una estación de tren victoriana, pero descubrimos que solo abren los domingos, así que nos contentamos con ver la estación desde fuera y algún tren antiguo, era una lástima no poder ver más.
Parada para comer en Ballater
Continuamos nuestro viaje y después de unas cuantas millas hicimos parada en Ballater un tranquilo pueblo situado muy cerca del castillo de Balmoral. Algunos de sus comercios tienen un escudo en la entrada que indica que abastecen al castillo en el que la reina disfruta de sus vacaciones en verano. Leímos que la estación es una chulada pero cuando llegamos descubrimos que recientemente había sido víctima de un incendio y solo pudimos ver que se había salvado algo de la fachada y poco más, una lástima.
Comimos en The Bothy en Bridge Street, estaba muy bueno lo que elegimos. Tienen juguetes para los niños, tronas y cambiador, un acierto, para lo que llevamos visto en Escocia no era caro. Como estaba en la carretera que atraviesa la población aparcamos en la misma puerta. Con el tiempo un poco justo decidimos acercarnos al Castillo de Balmoral. Con la empanada que nos caracteriza por no leer la guía antes de viajar a Escocia, después de hacer el primo le preguntamos a un policía que había en la puerta y nos informó que el castillo estaba cerrado para las visitas. En la guía ya indicaba que solo abría de abril a julio y digo yo, si no está la reina, ¿por qué no nos podían dejar pasar igualmente?
Última parada Inverness
Con este mal sabor de boca seguimos nuestra ruta por Escocia hacia Inverness. Al poco tiempo empezamos a descubrir las carreteras auténticas escocesas de un solo carril y en las cuales de vez en cuando hay unos espacios más anchos llamados “Passing place” para que puedan cruzarse los vehículos. También descubrimos otro tipo de paisaje, estábamos acostumbrados a los bosques espesos y aquí vimos que no había árboles y parecía un entorno de alta montaña a pesar de no estar a gran altura. Con estas nuevas condiciones que no nos desagradan nada fuimos comiendo millas hasta Inverness.
Llegamos más tarde de lo previsto para recoger a nuestra amiga y subirla a nuestro sobrecargado coche para acercarnos al nuevo alojamiento en North Kessock. Un tranquilo camping en el que tienen mobile home a orillas del Beauly Firth. Nos esperaba Marie que nos mostró nuestro nuevo hogar. Aquí el inglés era más difícil de pillar, pero cogimos la esencia, viajar por Escocia tenía su aquel.
Nos dijo que desde aquí podíamos ver delfines en el agua, pero no llegamos a ver ninguno. Al lado hay un pequeño pueblo con un supermercado Spar donde compramos algunas cosas y disfrutamos del atardecer que era espectacular. Volvimos a nuestro nuevo hogar que era bastante acogedor y finalizamos un largo día en nuestra ruta por Escocia. Al día siguiente íbamos a ver a Nessy, o no.