Después de una semana por tierras Asturianas íbamos a visitar un Museo Minero en familia. Pero no sería una visita a un edificio para ver herramientas o fotos y leer una anécdota o curiosidad. Entraríamos en una mina y veríamos lo mismo que un minero. Además la visita la íbamos a realizar con una guía. Las entradas para el ecomuseo minero las habíamos reservado el día anterior.
La mañana la dedicamos a relajarnos, lavar la ropa, visitar la playa de la Griega y dejar que los niños disfrutasen a su ritmo. Después de comer salimos hacia en Valle de Samuño, concretamente al pueblo de Ciaño. Cerca de este se encuentra la estación de El Cadavíu, desde este punto nos adentraríamos en la mina.
Como siempre íbamos con el tiempo justo. Cuando llegamos al Museo Minero estaban a punto de subir al pequeño tren. Es un vehículo adaptado para el museo pero el exterior es el mismo que utilizaban los trabajadores para acceder a la mina.
Nos adentramos en la Mina
Desde la estación hasta nuestro destino habían unos dos kilómetros. Una parte transcurre por el exterior mientras una locución nos va arrojando información por la megafonía. Nos adentramos en la montaña y se hizo la oscuridad. Con poca luz y bastante ruido poco a poco empezaba a hacer cada vez más frío. La penumbra y la velocidad del tren hacían que nos diésemos cuenta de donde nos estábamos metiendo.
Los peques disfrutaron del trayecto, ¡iban en un tren! para ellos ya es más que suficiente y ni el frío, ni la humedad, ni la oscuridad les afectaba. Cuando llegamos al destino final nos separaron en dos grupos con una guía cada uno. Nos obligaron a sacar carbón durante 8 largas horas, ¡es broma! 😉
Dentro de la Mina
Había bastante humedad y la iluminación no había mejorado. Nos encontramos a unos 400 metros de profundidad. Nuestra guía nos enseñó como se comunicaban con el exterior con una máquina de señales que se encuentra junto a los ascensores. Poco a poco y debido al Covid fuimos saliendo por unidades familiares al exterior.
Pozo de San Luis en el Museo Minero
Nos encontrábamos en el exterior del Pozo de San Luis, nada más salir vimos el imponente castillete de 28m de altura instalado en 1930. Servía para subir y bajar materiales y personas a la mina. Dos enormes cables salenn de la parte superior y se introducen en el edificio que hay al lado, Casa de Máquinas, donde se encuentra la máquina de extracción.
El castillete está construido con piezas metálicas unidas con remaches roblonados. En esa época no existía la soldadura. Es el mismo sistema que se utilizó para construir la Torre Effiel.
Casa de Máquinas
En el Museo Minero pudimos acceder al interior del edificio de la Casa de Máquinas. Hay un enorme compresor de aire que se utilizaba para generar aire comprimido para las herramientas que se utilizaban en el interior de la mina. No se podían utilizar equipos con motores de explosión por el peligro de los posibles gases inflamables que pudieran haber.
En una sala contigua vimos la máquina de extracción. La manipulaba una persona que estaba en un habitáculo aislado debido a la concentración que requería el manejo del aparato. La única manera de saber en que planta se encontraban las jaulas era mediante un sistema de campanas que activaban los señalistas. Además debía pisar un pedal de «hombre muerto» para mayor seguridad.
Aislados del mundo
El minero cuando llegaba a la mina iba a la Casa de Aseos a por su ropa de trabajo que dejó colgada el día anterior para que se secase. Como había calefacción era más fácil dejarla y solo se llevaban la ropa cuando acababa la jornada el sábado. Luego recogían su equipo la chapa con un número para saber que estaba trabajando en el interior y a través de las jaulas bajaban al interior de la mina para una dura jornada.
En el interior de la mina no hay referencias, no ves el sol, ni sales a fumar al exterior. El tiempo pasa sin darte cuenta. Se había dado el caso de no darse cuenta que se quedaba alguien trabajando y al bajar otro turno encontrarse a alguien todavía extrayendo mineral. Por entonces a los mineros era a los únicos que se les permitía comprar un reloj a plazos. Siempre iba a pagar por la importancia que tenía para él y nunca le iba a faltar trabajo.
La Casa de Aseos
Como hemos comentado antes, en la casa de aseos de lunes a sábado dejaban su ropa de trabajo secándose al calor de la calefacción. Cuando se duchaban estaban tan sucios que se tenían que ayudarse entre ellos para quitarse la huella de la mina de la piel. No seas mal pensado. Los domingos la empresa permitía a las familias de los mineros acceder a las duchas.
Cuando lo usaban las mujeres los domingos cerraban el edificio y unos vigilantes impedían en el exterior las miradas indiscretas, así podían disfrutar del aseo en la intimidad. Al final la vida de toda la familia giraba en torno a la mina.
El día de pago
Hay un edificio donde se encontraba la administración en el Museo Minero. El personal de la oficina no se mezclaban con los mineros y este el día de pago no entraba en el edificio. En uno de los laterales se puede ver todavía la ventana de «pagaduría», por aquí era el lugar donde se entregaba el salario al minero. El día de pago había una pareja de la Guardia Civil vigilando debido a la gran cantidad de dinero que había ese día en la mina.
Trenes en el Museo Minero
Acabamos la visita guiada que nos encantó debido a que nuestra guía conocía a la perfección la vida en la mina. Por como hablaba llegamos a la conclusión de que familiares suyos habían trabajado en ella. Vimos un edificio y en el interior había algunas máquinas de tren y Álex y Éric se entusiasmaron.
Volver a la estación de El Cadaviu
Para volver a la estación teníamos dos opciones, bajar a la mina y subirnos al tren o caminar por un sendero que en unos 30 minutos nos llevaría al punto de inicio. Elegimos esta última opción y la verdad es que fue un paseo muy agradable en el que pudimos disfrutar del entorno.
¿Por qué elegimos el Ecomuseo Minero?
Decidimos que queríamos visitar una mina a parte de conocer la historia de esta industria que fue muy importante en Asturias. Teníamos otra opción a parte de este Museo Minero, el Pozo Sotón. Lo malo es que ha esta mina solo pueden acceder los mayores de 16 años, debido a las condiciones del interior y solo hubiéramos podido visitar el exterior y el museo. Pero seguro que la experiencia es más inmersiva ya que vives la experiencia como si bajases a trabajar.
Por este motivo escogimos el Eco Museo Minero para poder disfrutar toda la familia de la visita a una mina.
Si quieres ver más lugares chulos en Asturias, mira en nuestro blog. Podrás las playas que visitamos y los restaurantes en los que comimos. Tenemos más artículos de Asturias con muchas de las cosas que hicimos.