Nuestra intención del día era visitar el Barrio de Belem. Arrancar siempre nos ha costado bastante, pero con un bebé y todos los preparativos para el día, nos cuesta aún más. ¡Suerte que en Portugal hay una hora menos! Aunque yo me siga rigiendo por la hora española, cosas mías.
En el barrio de Belem hay bastantes cosas interesantes que ver, así que no nos lo íbamos a perder. Para llegar se puede ir en transporte público, bus nº 728 o tranvía nº 15 o bien en coche. En el resto de Lisboa se paga por aparcar, sin embargo en Belem hay zonas de estacionamiento gratuito, nosotros no lo sabíamos. Como el resto de los días, nos movimos en transporte público para no tener que preocuparnos del aparcamiento en Lisboa.
Barrio de Belem
El Barrio de Belem es una zona imprescindible de Lisboa. Descubrimos lugares que no te puedes perder si visitas la capital portuguesa. También puedes hacer un crucero por el Tajo y de esta manera ver Lisboa desde un lugar menos habitual.
Monumento a Los Descubrimientos
Subimos al autobús y nos bajamos cerca del Monasterio de Los Jerónimos. Desde allí comenzamos nuestro recorrido por el barrio de Belem empezando por el monumento a Los Descubrimientos. Para cruzar la carretera un puente o un paso subterráneo, cómo no sin rampas, así que ir con el carro fue un poco rollo.
El monumento es una mole bastante grande de piedra con figuras de los más destacados descubridores portugueses, la zona estaba repleta de turistas. Quien quiera puede subir al mirador que hay en el monumento pagando. Como todos los días, no hacía muy buen tiempo, esta vez el viento estaba soplando bastante. Después de hacer unas cuantas fotos, tanto del monumento como del río Tajo con el puente 25 de Abril al fondo, seguimos nuestro camino hacia la Torre de Belem.
Torre de Belem
Llegando a la Torre de Belem vimos como se acercaba una tormenta, entraba deprisa desde el río. Veloces corrimos hasta un restaurante cercano donde nos refugiamos justo a tiempo. Cómo no, no fuimos los únicos, y las ordas de turistas que estaban por allí hicieron lo mismo, así que en un segundo nos encontramos de estar en un tranquilo paseo a estar rodeados de gente haciendo cola para pedir algo para beber.
Las tormentas en Lisboa vienen y van y esta no fue menos. Con el buen tiempo continuamos hasta la Torre de Belem. Tengo que decir que es de lo único que me acuerdo de mi visita anterior a Lisboa, era una cría y me da rabia, pero no me acuerdo de nada más. La Torre de Belem no decepciona, eso sí, si esperas encontrar una torre enorme en plan castillo te llevas un chasco. Es muy bonita y también se puede visitar por dentro, previo pago de 6€. Si también queréis visitar el Monasterio de los Jerónimos hay una entrada combinada que cuesta 12€, algo te ahorras.
Monasterio de los Jerónimos en el Barrio de Belem
Junto al Monasterio de Los Jerónimos encontramos un sitio barato para comer hacían unas empanadas bastante ricas y muy variadas, aunque a la hora de la verdad parte de las que aparecen en la carta no les quedaban. Aun así nos tomamos, entre otras, unas de bacalao bastante ricas.
Si no sabes dónde entrar en el Barrio de Belem, tienes un presupuesto limitado y hay que elegir, yo personalmente no me perdería el Monasterio de los Jerónimos, el precio de la entrada general es de 10€. En cuanto el personal del Monasterio nos vio con el carrito nos hicieron saltar toda la cola y entramos directos.
El Monasterio es una auténtica preciosidad, detalles en cada rincón y en cada columna. Como Éric tenía sueño y no había forma, me lo puse en la mochila y por arte de magia cayó…¡genial! si no fuera porque 1,5h con él colgando e intentando hacer fotos en las más diversas posturas, acaban con la espalda de cualquiera.
Pasteles de Belem
Llegó la hora del homenaje, está prohibido visitar el barrio de Belem y no probar sus famosos pastelitos de nata. La pastelería original es Pasteis de Belem, donde tienen la receta secreta que en su día les pasaron los monjes. El local es muy antiguo y hay una zona donde la cocina está a la vista y puedes ver como los preparan.
Ya habíamos probado en otros sitios, pero la verdad es que hay diferencia, sobretodo en la masa, ¡¡¡buenísimos!!!. Eso sí, aunque el sitio es enorme, se llena hasta los topes. Nosotros tuvimos suerte ya que una pareja dejaba una mesa y se apiadaron al ver a Éric, lo de viajar con un bebé esta genial en ese sentido.
De nuevo tormenta en el Barrio de Belem, esperamos un rato y cuando empezó a amainar, volvimos en tranvía que nos llevó de vuelta a la parada de metro para así poner fin al día. Éric estaba cansado y con hambre, antes buscamos un sitio medianamente decente para darle el pecho. Lo único que encontramos fue la estación fluvial, donde en un banco pude darle un poquito. Si estáis amamantando en Portugal no hay problema por dar el pecho en cualquier sitio, según la guía basta con ser un poco discreta, pero bueno esto para gustos los colores. Yo no me tapé especialmente y no tuve problemas.
Y así un día más en Lisboa, habíamos disfrutado un montón del Barrio de Belem y estábamos deseando conocer al día siguiente el barrio de Alfama. Si quieres ver lo que hicimos el día anterior en Lisboa te dejamos el enlace.