La lluvia en Edimburgo nos acompaña en nuestra visita a la ciudad. Por aquí es lo más normal del mundo, así que seguimos con nuestra intención para conocer la ciudad. Nuestros planes eran, visitar el Museo de Camera Obscura, ideal para ir con niños. Queríamos visitar el Castillo de Edimburgo y conocer Mary King’s Close.

Museo Camera Obscura
Salimos de casa con la lluvia de Edimburgo como compañía inseparable y nos dirigimos con el bus 25 a la estación de Waverley. Desde este punto subimos andando hasta la Royal Mile. Nuestro destino era el Museo de la Camera Obscura, un edificio de 5 plantas llenas de sorpresas, con juegos ópticos y diversiones varias. Nada más llegar nos informaron que en breve habría una exhibición en la habitación que da nombre al museo.

Se trata de un espejo que refleja la imagen en el interior de una cámara en la cual permanecemos a oscuras para ver reflejada la imagen de la calle, es curioso. Lástima que al hacer mal tiempo no se veía muy bien. Éric hizo alguna intervención haciendo que la guía tuviera que parar en algún momento, pero conseguimos que estuviese entretenido y no tuvieramos que salir antes de tiempo. Está situado en la última planta que tiene una terraza desde la que se puede ver la ciudad, un día gris pero las vistas desde el museo son muy bonitas.

Fuimos descendiendo y pasando por las diferentes plantas. Encontramos ilusiones ópticas, hologramas, espejos que deforman la imagen, juegos de luces y un sinfín de entretenimientos que hizo que los tres nos lo pasásemos en grande y le dedicamos prácticamente toda la mañana. La entrada a Camera Obscura nos costó 16 libras los adultos. La verdad es que es muy recomendable si vas con niños a Edimburgo, sobre todo si el día no acompaña.

Castillo de Edimburgo
Fuimos a comer en frente de el Elephant House a un fish and chips, no era muy barato pero no había otra opción. Después de comer Éric cayó redondo y nos dirigimos al castillo de Edimburgo, como habíamos comprado
la Explorer Pass estaba incluido por lo que no tuvimos que pagar la entrada. Antes de comprarla mira que sitios vas a visitar y calcula el precio de las entradas.

La lluvia no nos dio cuartel pero fuimos visitando los diferentes edificios. En uno de ellos se encuentran las joyas de la corona escocesa en el interior de una sala protegida con puertas blindadas, aquí solo se puede acceder caminando, si lleváis un carro de bebé os tendréis que turnar, incluso si lleváis una manduca o similar mejor. El suelo de todo el recinto está adoquinado y es un peñazo ir con el carro, sobre todo si el peque va dormido como fue nuestro caso.

Uno de los lugares que más nos gustó fueron las recreaciones de las cárceles, puedes tener una sensación aproximada de cómo podían vivir los prisioneros en el s.XVIII y principios del S. XIX y no eran muy cómodas.

Real Mary King’s Close
Una vez finalizada la visita, salimos a través de la Royal Mile esta vez fuimos a un café ya que teníamos una entrada para acceder a Real Mary King’s Close, pero solo podíamos acceder uno de nosotros ya que no permiten el acceso a menores de 5 años, es un laberinto subterráneo que sirve de cimientos al ayuntamiento.

Es de la época medieval y ha sobrevivido hasta hoy, los guías que lo explican van caracterizados de la época y hacen que sea muy ameno y te hacen ver en las duras condiciones en las que se vivía en esa época y algunas historias personales de gente que vivió en esa época. La entrada la compramos a través de internet, ya que en español hay pocas sesiones y así te garantizas la visita. Este sitio lo descubrimos gracias al blog libreta viajera en donde hacen una descripción muy buena.
Una vez finalizada la visita nos volvimos a juntar, Éric ya estaba en plena actividad y sin parar, visitamos la entrada del ayuntamiento y bajamos de nuevo a Princes Street para coger el bus de vuelta a casa. El día siguiente era el último que ibamos a estar en Edimburgo íbamos a empezar a conocer Escocia.
