En nuestro viaje a Lanzarote tocaba visitar la capital de la isla, Arrecife. Antes de visitar la ciudad queríamos hacer una parada junto a un barco semi hundido en la costa. Un barco que ya forma parte de la isla y que mucha gente se acerca a visitar por curiosidad. Llevan diciendo desde hace varios años que quieres quitar el barco Telamón de la ubicación en la que se encuentra en la actualidad, pero no se ponen de acuerdo.
El barco abandonado Telamón
Desde Costa Teguise al barco Telamón no tardamos nada. Pudimos aparcar a 2 minutos del barco. Yo (Quim) me dediqué a hacer fotos y Elena y los peques a investigar y buscar conchas, una de las aficiones de Éric.
La historia del barco Telamón
Originariamente se llamaba Temple Hall y fue botado en 1953 en Escocia. En el año 1969 se vendió a unos griegos y le llamaron Pantelis. En 1970 se volvió a vender a otra naviera que le acabó poniendo el nombre por el que se le conoce a día de hoy.
En su último viaje desde Costa de Marfil a Tesalónica en Grecia transportaba troncos de madera. Nunca llegó a su destino. Una vía de agua se abrió paso en el casco del barco Telamón. Fue remolcado hasta la posición en la que se encuentra hoy, la playa de Barlovento junto a Arrecife.
La decisión de trasladar el barco Telamón hasta ese punto fue para evitar que se hundiese en el puerto de Arrecife y bloqueara el paso. Todo esto ocurrió el 31 de octubre de 1981 y desde entonces sus restos siguen ahí. Se oyen voces que dicen que lo quieren desguazar, pero no parece que se pongan de acuerdo. Ahora es un reclamo turístico.
Cuidado si te acercas al barco Telamón para hacer fotos cuando hay marea baja. Las piedras resbalan, a mi me pasó y metí todo el pie en el agua. Por suerte solo me mojé la zapatilla.
Arrecife
Museo Internacional de Arte Contemporáneo
Hicimos una parada en el Castillo de San José, queríamos hacer unas fotos. Elena paró en frente del que ahora es el Museo Internacional de Arte Contemporáneo. En seguida el personal de seguridad nos echó y nos dijo que aparcásemos en la zona habilitada.
Si bajas por la izquierda del edificio hay un pequeño jardín muy bonito con vistas al mar. El camino lleva hasta la entrada del restaurante QuéMUAC gestionado por el CACT de Lanzarote. Desde este punto también se puede apreciar unas esculturas en el agua muy curiosas, La Marea Creciente (Jason deCaires Taylor).
Aparcar en Arrecife
Nos dirigimos al centro para no tener que dar muchas vueltas. Encontramos un parking en la Calle Emilio Ley, 3. Tenía la barrera levantada y nos metimos pensando que era gratis o que había una tarifa estandar. Cuando volvimos a por el coche por la tarde, la barrera estaba bajada. Se lo explicamos a la mujer que había en la garita y sin pedirnos más explicaciones nos pidió unos 3€ y fuera. Habíamos estado unas cuantas horas.
Visitando Arrecife
Como ya era cerca de la hora de comer no nos queríamos arriesgar. Cuando vas con un bebé es mejor ir sobre seguro y con otro peque de 5 años que come como una lima. Le habíamos echado el ojo antes de visitar Lanzarote al restaurante El Almacén, gestionado por el CACT.
Acertamos de pleno, a parte de la decoración del local llena de obras de arte, comimos muy bien. No solo hay un restaurante, también hay salas de exposiciones. El edificio fue una antigua casa burguesa de la ciudad. César Manrique y Pepe Dámaso convirtieron esta antigua casa en un centro para los movimientos artísticos y culturales.
Nos acercamos a la oficina de información para ver si podíamos hacer alguna cosa. Eran pasadas las 15h y el sol pegaba fuerte. En frente hay una replica de un antiguo quiosco de los años 50 de madera. Seguimos andando por el paseo con el mar a nuestra derecha.
Castillo de San Gabriel
En una pequeña isla unida por un camino de unos 175m se encuentra el Castillo de San Gabriel. Ahora es el museo de historia. Nos entretuvimos junto al puente de las bolas que lleva al castillo para ver a unos niños lanzarse al agua. Seguimos caminando por las calles de Arrecife hasta llegar a la Iglesia de San Ginés.
Entramos para hacer algunas fotos. La zona estaba muy tranquila y apenas había gente. Así que disfrutamos del paseo. Nuestros pasos nos llevaron hasta la calle León y Castillo. Es una calle comercial en la parte vieja.
La Casa Amarilla
En este antiguo edificio estaba ubicado el Cabildo de Lanzarote. Ahora realizan exposiciones sobre la memoria etnográfica y el conocimiento de Lanzarote. Éric quería entrar así que le hicimos caso. Había varias exposiciones interesantes de como se aprovechan los escasos recursos de la isla y otra sobre la contaminación que provocan los plásticos.
Había un audiovisual, nos avisaron que duraba ¡2 horas!. Nos invitaron a volver otro día con la misma entrada, pero creímos que los niños no iban a aguantar tanto tiempo. El nombre del edificio se lo pusieron los habitantes de la ciudad debido al color amarillento de los ladrillos que cubren el exterior.
Puerto del Carmen
Después de pasar un rato más por Arrecife decidimos acercarnos al cercano Puerto del Carmen. El motivo era comprar un encargo de la hermana de Elena. No nos hacía especial ilusión. Puerto del Carmen es una ciudad orientada al turismo extranjero que solo quiere comer, comprar y tomar el sol, algo que no va mucho con nosotros.
Nos separamos y yo (Quim) me volví al coche con Álex porque no conseguía localizar a Elena y Éric. Además me estaba quedando sin batería. Cuando nos reencontramos Éric había conseguido sacarle a Elena un avión de poliestireno que planeaba y la verdad era muy chulo. Consiguieron comprar el encargo.
Vuelta a Costa Teguise
Decidimos volver a Costa Teguise y volver a pasar por el restaurante del primer día, el Cochino cojo. La primera vez comimos bien y con el parque que hay al lado tendríamos a Éric contento. De hecho gracias a su nuevo avión se convirtió en el protagonista del parque. Todos querían jugar con él y su avión.
Iban todos como locos corriendo de un lado para el otro y Éric encantado. Estaba tan emocionado que apenas cenó, pero se lo paso en grande y disfrutamos mucho viendo como se lo pasaba tan bien. En un rifi rafe con un niño más pequeño, este tiró de un extremo del avión para quitárselo a otro y se rompió el juguete.
Se hizo el silencio y Éric rompió a llorar. Le prometimos que le buscaríamos otro y cuando se calmó, volvió a jugar con sus nuevos amigos. Poco a poco iban quedando menos niños y nosotros también decidimos liquidar el día e irnos a dormir.
Si quieres ver los restaurantes que visitamos en nuestro viaje a Lanzarote, tenemos un post con los 8 que visitamos.