Hoy me he despertado en nuestro hotel en la Bahía de Cat ba insultantemente pronto. A las 6h de la mañana, aquí a esa hora parecen las 11h, el sol ya está arriba, pero madrugar tiene sus ventajas, como había más luz que ayer, ya que hoy ni siquiera parecía que iba a llover. He dejado a Elena durmiendo y he bajado a hacer fotografías.
Paseo en barca por la Bahía de Cat ba
Mientras estaba a mi rollo haciendo fotos en la Bahía de Cat ba al ir y venir de unas barcas pequeñas que traen y llevan a numerosas personas de los barcos pesqueros. Mucha gente vive en las casas flotantes que hay en la bahía. Se me ha acercado un tipo ofreciéndome un paseo en barca con una de las remeras por entre los barcos. A cambio de un poco de dinero lógicamente y claro como me voy a negar, así que me he ido a la barca de cabeza. Amablemente la mujer vietnamita me ha llevado lentamente entre los barcos donde había bastante actividad.
De vez en cuando alguien saludaba o me pedía que le hiciese una foto o mi taxista me pedía ver la que acababa de hacer. Entre foto y foto iba recordando que Elena me iba a odiar cuando viese las fotos ya que esto le alucinaría y se lo estaba perdiendo.
Cuando hemos vuelto a tierra firme y me he despedido de la simpática mujer, me he quedado con una de esas experiencias que pocas veces se presentan cuando vas a hacer fotos. Posiblemente no haya sido el único, pero por un momento he tenido una sensación increíble y he disfrutado el momento al máximo haciendo las fotos en la Bahía de Cat ba.
Cuando he llegado al hotel, he despertado a Elena para explicarle lo sucedido. Como era de prever se ha quedado a cuadros, por lo que la he animado a bajar, aún teníamos 1h hasta subir al autobús que teníamos que coger. Un poco nerviosa se ha vestido y ha salido por patas para poder hacer su vuelta entre los pesqueros.
El recorrido de Elena por la Bahía de Cat ba
Su vuelta por la Bahía de Cat ba ha sido diferente, le ha ofrecido el tema un vietnamita con una barca a motor, el cual iba un poco de listo. Le ha dado la vuelta entre los barcos y le ha mostrado una de las casas flotantes, en donde la han invitado a tomar té. Le ha pedido que le diese un beso en la mejilla y luego pretendía otro en la boca, pero Elena le ha parado los pies.
Luego mientras volvían a puerto se ha enredado la barca con una cuerda y otra persona se ha tenido que tirar al agua para liberarla. Todo esto mientras se nos echaba la hora encima y los dos nerviosos, una porque parecía que no iban a llegar a tiempo y yo porque no sabía cuanto le quedaba. Al final ha llegado poco antes que el bus y me ha contado la movida.
La verdad es que me he sentido mal, hemos bajado la guardia y nunca imaginamos que nos podía pasar algo así, por suerte no ha pasado nada de lo que tener que lamentarnos.
Seguimos nuestro camino por Vietnam
Nos hemos puesto en ruta, el autobús nos ha llevado desde la Bahía de Cat ba a otro muelle de la isla para zarpar en otro ferry diferente al que cogimos el otro día. En este subían hasta motos, hemos ido hasta otro minibus, que nos ha dejado en la estación de buses de Haipong.
Pensábamos que íbamos a otro más grande y cómodo, pero no, más pequeño y hecho polvo, por lo menos tenía aire acondicionado. Hoy pica bastante el sol, así que pitando como siempre y cuando digo pitando es literalmente, aquí se toca el claxon hasta para pestañear, hemos puesto rumbo hacia Ninh Binh. En resumen que para venir de la Bahía de Cat Ba aquí que serán unos 150kms, hemos tardado unas 6 horas las últimas 3 en el minibús. Teníamos las piernas más agarrotadas que las de Pinocho.
El hotel de Ninh Binh no está mal, la ciudad no tiene nada interesante, pero está al lado de un parque natural y de algunos sitios bastante atractivos, pero de eso ya lo veremos mañana.