Tocaba montaña rusa, íbamos a visitar el barrio de Alfama. Nuestro despertador particular abrió los ojos pronto, nuestro hijo Éric, así que después de desayunar iniciamos la dura jornada de estar de vacaciones. Al cabo de 300 metros de haber salido me di cuenta (Quim) que no habíamos cogido ni la guía ni el plano, ¡qué desastre!. Me pegué una carrera hasta el apartamento a por todo, llevábamos tantas cosas que era de locos.
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De camino al Barrio de Alfama
Subimos al metro hasta la parada de Terreiro do Paço, como no, llovía así que nos refugiamos en el primer bar que vimos a tomar un café y esperar a que saliera el sol. Tardó mucho en aparecer pero al final pudimos adentrarnos en el barrio de Alfama. Ascendimos por las callejuelas, muchas calles tienen escaleras y todo está adoquinado, hasta las aceras como el resto de Lisboa. El carro no paraba de traquetear, por lo que acabamos llevando al muñeco en la manduca para darle un poco de tregua y que no se nos desmontase.
Castillo de San Jorge
El barrio de Alfama es muy bonito, muchas casas tienen las fachadas cubiertas de azulejos. Poco a poco llegamos hasta la Sé Catedral y de aquí nos acercamos hasta las puertas del Castillo de San Jorge. La guía que llevábamos hablaba mas de lo que se ve desde el Castillo que de lo que hay dentro. Decidimos que no merecía la pena pagar 8,5€ por persona para ver Lisboa desde las alturas cuando ya la habíamos visto desde Santa Justa, teníamos que ajustar el presupuesto.
Las calles que hay al lado de la muralla son muy bonitas y se puede comer bastante bien de precio. Nos metimos en uno que vimos normalillo y después nos empujamos un helado en una heladería cercana que tenían sabor de Ginjinha, un licor típico de aquí, muy rico y que está hecho con cerezas.
Seguimos viendo la zona y comenzamos el descenso para acabar otra vez cerca de la Catedral Sé. Al lado hay un mirador y se ve el barrio de Alfama y el río Tajo, un espectáculo. Bajamos hasta el nivel del río, por aquí dimos de merendar al pequeñajo en un bar que hay al lado de la fundación Saramago y como no era muy tarde decidimos ir a ver Barrio Alto.
Barrio Alto de Lisboa
Bajamos en la estación de Baixa/Chiado y fuimos subiendo. En Lisboa todo es subir y bajar, se nos estaban poniendo unos brazos como los de Stallone de tanto empujar el carro. Barrio Alto está muy bien para cenar y tomar copas por la noche, cuando llegamos los restaurantes estaban empezando a funcionar. Estábamos cansados, dimos una vuelta para ver un poco y nos retiramos. Éric ya tenía demasiado y además teníamos que recoger los trastos porque que al día siguiente tocaba traslado.
Qué más ver en Lisboa
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